viernes, 6 de agosto de 2010

Esas yo



Muy pocas veces en mi vida tuve el agrado de ver las cosas claramente. Por lo general, es una wild guess detras de la otra. Y después de cierto punto uno se acostumbra. Después de cierto punto lo normal es que las cosas no sean claras, y cuando al fin lo son no puedo hacer otra cosa que dudar. Dudar sobre si me va a hacer bien o me va a hacer mal. Dudar sobre si voy a llegar a algo o no. Pero siempre que me paro frente a una duda, tengo dos opciones, y siempre por alguna razón, se que es lo que quiero hacer. No siempre me doy cuenta rápido, no siempre me interpreto bien, pero siempre sé que sé lo que quiero hacer, y cuando entiendo de primera que es lo que me esta dictando mi corazón, ahí es cuando me armo problemas. Porque, you see, soy una persona testaruda, y no todas las veces consigo lo que quiero, pero si todas las veces trato hasta el cansancio. Porque siempre fui la clase de persona que simplemente se manda. Mentira, no siempre fui esa clase de persona. No siempre fui esta Sofía. Antes era tímida, no hablaba con nadie, no respiraba cerca de nadie, cuando la gente me hablaba me ponía nerviosa. Me acuerdo particularmente de una vez que estaba en la escuela, era muy chica, y estábamos teniendo la clase de ingles. Estábamos repasando los colores y la profesora me miró a mi, señalo un libro naranja en la estantería y me dijo "Can you tell me the name of this color Sofia?". Me acuerdo sentir como todas las miradas de una clase llena de niños que no me apreciaba mucho particularmente se posaban en mi. La profesora me miraba con impaciencia, mientras dentro de mi cabeza se establecía un debate.
"Es naranja eso, se dice Orange" Me decia una vocecita. "Lo sabes eso, sabes que se dice orange, abrí tu boca y decilo" Me repetía la vocecita enojada, pero mi boca no se abría. Pase tanto tiempo callada aterrada mirando a la profesora que el chico que se sentaba al lado mio me termino diciendo "Orange, es Orange". Y aún así no logre decirlo, y la profesora le termino preguntando a alguien más.
Se preguntaran, tal cual se preguntó la vocecita en ese momento, porque corno no dije la respuesta. Si yo la sabía, la supe en el instante en el que me la preguntaron, supe esa como sabia tantas otras respuestas que nunca salieron de mi, ya que la simple idea de que todos me estaban mirando y de que se iban a reír de mi me paralizaba, y ahí me quedaba dura, luchando con la Sofía que estaba adentro mio y quería salir. Pero yo era chica, y esa Sofía no había ganado la suficiente fuerza. 
Después de pisotones y líos y vueltas y mas pisotones, algo pasó adentro mio. Esas Sofías que solían discutir hasta el cansancio se pusieron de acuerdo en una sola cosa "No podemos vivir así". Pero si bien podía arreglar las cosas conmigo misma, no podía hacerlo con mis compañeros. En el momento en el que trate deje de ser esa sombra molesta que no tenía opinión alguna,pase a ser un blanco. Y aunque no me agrade admitirlo, un blanco fácil. Pero no importaba, porque adentro mio todas mis partes se habían puesto de acuerdo para sacar el miedo, y ahora lentamente se estaba yendo al fin, dejándome a mi conmigo misma.
Cuando pasé a primero de liceo, me cambié a la Sagrada Familia, y ahí se me presento la oportunidad de ser todo lo que yo quisiera ser. Llegué a un nuevo lugar, observe un poco a la gente, y los comportamientos, y me dispuse a soltarme y ser lo que simplemente saliera de adentro mio. Ser esa Sofía que antes lo único que hacía era gritarme desde adentro. Y esa Sofía era toda una nueva persona, que me exigía toda una seguridad en mi misma y todo un nuevo control que tuve que ganar a las patadas. Y ganándome un lugar adentro de mi misma, la adolescencia me fragmento en todavía mas partes. No quería hacerle a nadie lo que yo sentía que me habían hecho a mi, entonces me convertí en esta persona que se preocupa por los demás, que escucha y que muchas veces los pone antes que a ella misma. Entonces tenía una Sofía insegura y callada, otra Sofía simpática y extrovertida, y una Sofía que tenía como objetivo cuidar a los demás. A veces lograba sacar una Sofía segura, que iba al frente y que se defendía a si misma, y otras veces sacaba una Sofía sensible y necesitada de amor. Pero una sola cosa tenían y tienen todas esas Sofías en común, nunca se detuvieron. Porque una vez había sido suficiente para saber que la vida en pausa no es vida. Había sabido desde el momento en que mis primeras dos Sofías se pusieron de acuerdo que nunca mas quería guardar algo adentro, algo que de a poco me fuera destruyendo, que de a poco me desgaste.Algunas veces sin darme cuenta y en algunas situaciones especificas, vuelvo a ser esa que fui en el principio. Ese bichito callado y metido para adentro me sale de adentro y me gana un rato. Vuelvo a sentirme un blanco, e igual que siempre, un blanco facil. Vuelvo a ser vulnerable y a no poder defenderme. Pero después me acuerdo, que si bien soy eso, ya no soy solo eso, y puedo estar orgullosa de mi. 
Y si, no fue y no es fácil manejar  todas esas "yo", pero hago lo mejor que puedo para tratar de siempre ser todas las partes de mi. 
Por eso puedo cambiar. Por eso me animo a cambiar radicalmente mi aspecto o mi ropa, o mi blog o mi cuarto. Porque a veces siento esto mismo que te acabo de decir, que soy muchas personas, todas diferentes, pero con los mismos sentimientos, amando a la misma persona, perdiéndose en los mismos lugares, y riéndose por las mismas cosas

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