Pero es que no puedo evitar sonreír al ver esos ojos posados en mi. No puedo evitarlo ni quiero.
Nunca podemos evitar el mal, la lagrima ocasional no va a desaparecer, pero lo que si podemos hacer, es tratar de que el bien sea tan bueno que el mal se vea insignificante. Aunque a veces me cueste entender como lo entendemos solo tu y yo, y hasta algunas veces solo yo, ese bien que haces en mi es el mejor de todos los bienes del planeta.
Y me enorgullece decirlo.
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